En 1840, el pueblo de Collinas fue registrado por el abad Vittorio Angius con el antiguo topónimo Forru. Fue el filósofo Gian Battista Tuveri, su más ilustre ciudadano, quien adoptó en 1864, por decreto real, el nombre de Collinas. En la época medieval, el pueblo, perteneciente al juzgado (distrito sardo) de Arborea, formaba parte de la curatoria de Montis y dependía de la diócesis de Terralba, que se unió en 1503 a la de Usellus-Ales. La iglesia es accesible a través de una amplia escalinata, que se va haciendo más estrecha conforme llega a la fachada. En la parte superior, ésta termina en una coronación manierista doblemente inflexa de "gorra de carabinero". El paramento mural, hecho de hileras de sillares cuidadosamente escuadrados, alberga un alto portal enmarcado por una doble cornisa moldeada, que tiene en ambos lados un motivo fitomorfo decorativo. El color gris de la cornisa es adoptado también por los sillares dispuestos alternativamente a lo largo de los estípides. En eje con el portal, se puede ver una ventana rectangular arquitrabada. En la parte de la pared entre la ventana y el fastigio, surgen dos decoraciones simétricas de piedra con motivo en forma de espiral. Sobre la parte absidal del edificio descansa una construcción frente a la cual se encuentra el óculo abierto en la pared del fondo del presbiterio. En la parte izquierda de la fachada principal, hay un alto campanario inacabado dividido en tres órdenes. El primero, de caña cuadrada, termina en una cornisa. El segundo es poligonal, así como la cámara del campanario, y de menor tamaño. En la cámara del campanario, donde se colocaron monóforas, se puede encontrar los relojes. No se conoce la fecha de inicio de la fábrica de San Miguel Arcángel. Sin embargo, existe un recibo escrito en sardo con fecha de 7 de agosto de 1571 con el cual el picapedrero Juan Santus Porru, ya con la capilla del coro terminada, declaraba haber recibido veinte liras por el trabajo que estaba realizando en la iglesia. Al parecer, la iglesia, con planta de tres naves, ya se encontraba completa en 1590, incluso con las tres capillas abiertas a cada lado, aunque sin acabar. De fuentes documentales se desprende que en 1592 se hizo la tercera capilla de la izquierda, dedicada al Crucifijo, y que en 1602 se completó aquella dedicada a San Antonio Abad, ahora dedicada a San Ignacio de Laconi. Gracias a los documentos, también se sabe que en 1603 se completó la segunda capilla de la izquierda, en ese entonces dedicada a San Antioco y ahora a la Inmaculada. En 1616, se construyó la sacristía. La construcción de tres nuevas capillas es confirmada por un contrato con fecha de 18 de septiembre de 1650. La primera capilla de la derecha, antes dedicada a San José, fue reconstruida entre 1725 y 1728. De hecho, el 15 de agosto de ese año, el albañil Giuseppe Anedda emitió un recibo por el último pago. El alzado principal se sitúa cronológicamente en los años 1804-05. En 1684, se comenzó la construcción del campanario, cuyas obras fueron interrumpidas por unos años y luego retomadas en 1741, fecha a la que se remonta el nuevo contrato. Después de otra interrupción y posterior reanudación, con contrato de 22 de diciembre de 1753, finalmente se completó en 1760 la parte poligonal. Al año siguiente, la obra fue suspendida de nuevo debido a falta de fondos. La torre se finaliza en el siglo XX.