Vermentino, fragancia de mar, sol y viento
Se encuentra en su mejor momento entre las escarpadas rocas de Gallura azotadas por el mistral, es la cara fresca y viva de Cerdeña
Intenso, de carácter fuerte, perfumado y armonioso. Vermentino encierra los rasgos característicos de la naturaleza y la identidad de Cerdeña. Al pensar en el Vermentino, se vienen a la mente los viñedos situados en las laderas de granito de Gallura, acariciados por la brisa del mar, o las hileras verdes que decoran los paisajes ondulados en el resto de la Isla. En todas partes, ya sea en suelos procedentes de la desintegración del granito o en suelos calcáreos y arcillosos, el vermentino es sinónimo de vinos con cuerpo y elegantes, con un inconfundible color amarillo pajizo y reflejos que tienden al verde.
El noreste es la cuna del Vermentino de Gallura, un vino con denominación de origen controlada y garantizada DOCG, mientras que en otros lugares la denominación se convierte en Vermentino de Cerdeña. El primero tiene un pliego de condiciones más estricto: al menos el 95% de uvas Vermentino son producidas en Gallura y cultivadas a una altitud no superior de 500 metros, el aroma es más sabroso y floral. El segundo requiere un mínimo de 85% de uvas Vermentino procedentes exclusivamente del territorio sardo y ofrece tonos más afrutados.
El 80% de las vides de vermentino cultivadas en Italia se encuentran en Cerdeña. Su origen, sin embargo, es incierto y discutido: la hipótesis más probable es su llegada a Europa desde Oriente Medio, gracias a los griegos que lo introdujeron en Marsella. Desde la ciudad francesa se extendió a Liguria y hacia la Toscana, llegando a Cerdeña a través de Córcega. Aquí, gracias a los vientos constantes, a un clima suave y a la aspereza del suelo, el Vermentino ha encontrado su terreno elegido.
¿Vino para la comida? También, pero no sólo: la frescura, los sabores florales y afrutados lo convierten en un excelente aperitivo. En la mesa, combina perfectamente con la cocina marinera, desde los entremeses y el marisco hasta el pescado asado, la pasta y el risotto 'allo scoglio' o con mariscos. También se combina bien con platos de queso, carne blanca y recetas a base de hongos. Rinde mejor cuando es joven -uno o dos años desde la producción- y a bajas temperaturas: saborearlo fresco para apreciar cada una de sus características.
