Del Supramonte al mar
Escenarios naturales inigualables, dominados por la maquia mediterránea, emociones únicas tanto para los amantes de los deportes acuáticos como para quien solo desea dejarse mecer por las olas
Paisajes tropicales vistos solo en películas, escenarios naturales de ensueño, típicos de postal o de portada de revista. No son una utopía. Existen y están increíblemente cerca: en Cerdeña, la isla más extraordinaria del Mediterráneo. Un lugar donde la naturaleza incontaminada y salvaje combina la fuerza y el esplendor del mar con la energía de las montañas escarpadas. Si deseas vivir plenamente esta naturaleza indómita, no puedes perderte el Supramonte ogliastrino, una zona montañosa de ensueño que se extiende desde las pendientes del monte Gennargentu hasta el mar. Aquí, podrás disfrutar de acantilados, calas y playas entre las más bonitas del mundo, sumergiéndote en maravillosas ensenadas y viviendo en comunión con la naturaleza, en una experiencia casi mística.
Las calas de Ogliastra no son accesibles a los vehículos lo que aumenta su irresistible encanto. Es posible llegar directamente por mar, en barca o lancha, o bien a pie, recorriendo alguna de las numerosas rutas de senderismo, más o menos difíciles, pero siempre seguras. En cualquier caso, una vez llegado a tu destino, tu esfuerzo quedará ampliamente recompensado por la belleza que tendrás ante ti y que te hará vivir una experiencia sugestiva y cautivadora.
Cala Biriola es accesible a pie mediante un difícil sendero que parte del altiplano del Golgo de Baunei y cruza el bosque de Biriola. La cala se caracteriza por los enebros que crecen en la roca viva y por un arco esculpido por el viento y el mar, que abraza la pequeña y acogedora playa: su agua es increíblemente límpida y rica de peces. Cala Mariolu debe su nombre a la palabra ‘mariuolu’ (ladrón) que era como los pescadores de Ponza llamaban a la foca monje porque les robaba el pescado de las redes. Se caracteriza por su playa de arena muy fina mezclada con pequeños cantos rodados de color rosa, rodeada por grutas, siendo la más famosa la del Fico.
Las fuerzas de la naturaleza han moldeado las rocas de cala Goloritzè, famosa entre los viajeros de todo el mundo por su arco que aparece en las aguas de azul intenso y, sobre todo, entre los escaladores de toda Europa que acuden a ella para subir al pináculo que se yergue sobre el mar. Todas las calas están rodeadas de maquia mediterránea y de bosques, siendo ideales para quienes desean relajarse tranquilamente y tomar un pícnic a la sombra. También son el lugar perfecto para los aficionados al excursionismo, gracias a los senderos que pasan por acantilados salvajes, y para quienes los amantes de la escalada con ganas de explorar cañones, grietas y pequeñas grutas escondidas en las crestas de los acantilados.
