Amada por los viajeros que buscan lugares solitarios, Cerdeña también es el destino con más clic por los motociclistas gracias a las emociones que despiertan muchas carreteras de la costa y las montañas, sinuosas y panorámicas, adecuadas incluso para los motociclistas menos atrevidos. El tramo de costa que va de Bosa a Alghero, entre acantilados y barrancos a pico que se asoman al mar es la ruta ideal para los motociclistas, un viaje a través de maravillas naturales, al descubrimiento de patrimonio arqueológico y calas secretas.
Bosa-Alghero tiene tanta fascinación que hace este tramo de carretera memorable para motociclistas y pasajeros. Conocida como ‘occidental sarda’, es un trazado sinuoso y rico de curvas donde descubrir las líneas salvajes de la naturaleza, escenarios marinos con acantilados que caen a pico sobre el mar, un lugar muchas veces elegido por importantes fabricantes de coches para filmar los comerciales publicitarios y la presentación de nuevos modelos.
Bosa está dominada por la colina de Serravalle, sobre la que se alza el castillo de los Malaspina, y desde la cual las casas del pueblo medieval se extienden hasta la orilla del río Temo. Desde allí se disfruta un panorama único gracias a la armonía y la vivacidad de sus colores, el verde de los olivos seculares, el azul del mar en el fondo, el rosa de la piedra con la que se construyen las casas del barrio sa Costa, el rojo y el amarillo de los tradicionales barcos de los pescadores.
También es un pueblo de arte, San Pietro extra muros es la iglesia románica más antigua de Cerdeña. Tampoco hay que perderse Nuestra Señora de sos Regnos Altos, en el interior del castillo. En las callejuelas de Bosa se respiran tradiciones artesanales centenarias, elaboración de coral y curtidos, hilos preciosos y cestas tejidas, mientras que en las mesas se encuentra platos de pescado recién pescado y buenos vinos, como la malvasía.
Es difícil elegir entre las interminables paradas de la carretera para recomendar a los biker. Dos sobre todo: en el interior, la reserva natural de Badde Aggiosu y de Monte Mannu, mientras que en la costa está Cabo Marargiu, donde se puede bucear en el parque biomarino y observar aves en los escarpados acantilados. Aquí anidan halcones peregrinos, águilas y una especie muy rara, el buitre leonado.