Su arenal se divide entre dos ensenadas, la primera más pequeña, en forma de media luna, y la segunda que se extiende hacia un promontorio rocoso. Es estrecho, debido a la continua erosión del mar, y largo, casi dos kilómetros, bordeando la localidad del mismo nombre, en el territorio de Quartu sant'Elena, tercera ciudad por habitantes de la Isla. La playa de Capitana caracteriza un gran tramo de la carretera panorámica Cagliari-Villasimius, apareciendo con sus colores vivos al final de un tramo recto y justo antes de entrar en un paisaje donde las casas dan paso al verde de los álamos, tamariscos y eucaliptos, pequeños relieves cubiertos de matorrales mediterráneos y pintorescos acantilados rocosos.
Puedes acceder a la playa desde varios desvíos de la carretera Provincial 17 y encontrarás una lengua de arena blanca y fina, que enseguida da paso a la orilla y a un fondo marino bajo y arenoso, suavemente inclinado hacia mar abierto. El mar es transparente cerca de la orilla, luego las distintas gradaciones de azul se vuelven cada vez más oscuras a medida que uno se aleja con la vista, hasta volverse azul profundo. Cuando sopla el mistral y el siroco, Capitana se convierte en una atracción irresistible para surfistas y amantes de kite y wind surf, para los que no faltan escuelas y servicios de alquiler de equipos. Al oeste de la playa hay un pequeño puerto bien equipado con dos dársenas, galardonado con la Bandera Azul 2020 como puerto turístico. Por aquí, el fondo marino cercano a los acantilados se vuelve pedregoso y, gracias a la transparencia del mar, el snorkeling permite observar una rica fauna marina.
En los alrededores hay numerosos servicios, como bares-restaurantes, pizzerías, hoteles, campings y campos de deportes. Siguiendo hacia el este, cerca del promontorio hay otra pequeña playa, formada por guijarros y rocas que afloran: se trata de Bahía Azzurra, ideal para relajarse, ya que es íntima y reservada, gracias a los tramos rocosos que la delimitan. Hay una cómoda pasarela de madera para tomar sol y disfrutar de la vista. A la izquierda, en los pies del afloramiento rocoso, parte del litoral toma el nombre de ‘caletta delle vasche’ (cala de las piscinas). Te sorprenderá la transparencia del agua de color turquesa, de la que emergen rocas blancas alisadas por las olas.
También podrás explorar las huellas históricas y arqueológicas de la zona visitando la batería militar Carlo Baldi, una fortificación que data de los años 30 del siglo XX, y la nuraghe Diana, una estructura de tres lóbulos que data de mediados del II milenio a. C. Según la leyenda popular, la fortaleza nurágica guardaría un fabuloso tesoro: el botín fue acaparado por un pirata y su pareja, la Capitana, que esperaron en vano su regreso escrutando el mar desde estas costas, homenajeada por la gente del lugar con el nombre de la localidad.