Es el más joven de los municipios de la provincia de Ogliastra. A partir del siglo XVII, la zona del actual municipio estuvo habitada de forma más o menos estable por familias procedentes de la aldea de Gairo.
El pueblo propiamente dicho surgió a mediados del siglo XX, cuando una violenta inundación destruyó por completo la aldea de Gairo Vecchio, cuyos habitantes se trasladaron río abajo. La iglesia, la escuela y el cuartel se construyeron donde ya existían algunas casas dispersas, dando origen al pueblo. El nombre de Cardedu parece hacer referencia a las plantas de acelga que allí abundaban. El hecho de que la región haya estado habitada desde la antigüedad queda demostrado por la riqueza de los yacimientos arqueológicos. La domus de janas de Monte Arista y los menhires de Cosa Iba datan del Neolítico. El periodo nurágico es el mejor representado, con los nuraghes de Tronconi, Musciu, Perd'e Pera y Genn'e Masoni y el templo del pozo de Su Presoneddu entre los principales monumentos. El entorno natural es rico. El territorio presenta una morfología muy variada, compuesta por amplias zonas llanas, suaves colinas, relieves montañosos y vastas costas. Desde las zonas montañosas se puede observar un magnífico panorama que se extiende hasta el horizonte y se pierde en el azul del mar.
La zona del Monte Ferru alberga una gran variedad de especies vegetales y animales, lo que atrae a muchos visitantes por las características especiales de su flora y fauna y por las numerosas excursiones que ofrece. Hay dos tipos de costa: arenosa y rocosa. La costa arenosa se extiende a lo largo de 4,5 km, con una sucesión de playas como Foddini, Tramalitza, Museddu y Perd'e Pera. Después viene la zona rocosa, de aproximadamente 1 km, caracterizada por sus formas dentadas, su color rojizo y la presencia de matorral mediterráneo. En el extremo sur de la zona rocosa se encuentra la playa conocida como Sa Spiaggetta, con sus grandes guijarros pulidos. El pequeño pueblo es nuevo, pero sus gentes poseen un patrimonio cultural milenario que hunde sus raíces en la antigua aldea de Gairo Vecchio. Este patrimonio puede apreciarse en la artesanía local, las tradiciones populares y el sentimiento religioso. La artesanía está vinculada a actividades que antaño fueron la base de la economía de subsistencia y que ahora la población local está revitalizando y reapropiándose, como la cuchillería y la cestería.