Su protección medioambiental entra dentro de las prerrogativas del parque nacional del archipiélago de La Maddalena, pero a su vez los dos islotes, junto con un tercero llamado Le Camere, constituyen un pequeño archipiélago, que forma parte de la belleza de Costa Esmeralda. La isla de Soffi se encuentra frente a la playa de Capriccioli, la de Mortorio, la mayor del grupo, frente a la costa de Romazzino. Ambas son de origen granítico, la primera de 40 hectáreas y la segunda de 60, destinos ideales para los amantes del buceo y snorkeling. Conservan ecosistemas sin contaminar, enriquecidos por la fauna marina y especies raras de aves que anidan, sobre todo en la costa de Mortorio, como la gaviota de Audouin y el halcón peregrino.
Soffi es llana y poco accidentada, sin grandes ensenadas pero con cuatro calas deliciosas, auténticas piscinas naturales rodeadas de rocas rosadas. Las playas son de arena gruesa y pequeños guijarros, el fondo marino es arenoso y el mar cristalino. A la isla se puede llegar en barcos privados o en excursiones guiadas desde Portisco, Porto Cervo o Porto Rotondo.
Mortorio, a diferencia de Soffi y Camere, que la flanquean, es escarpada, con abruptos acantilados que alcanzan los 80 metros, caracterizada por una vegetación baja de arbustos mediterráneos y retamas. Dividida en dos por una lengua de tierra, está salpicada de pequeñas calas con playas resguardadas, gracias a su trazado, y con aguas casi siempre tranquilas. Aunque forma parte del Parque de La Maddalena, es accesible en barco y se puede visitar: se pueden ver las huellas del paso del hombre. Estuvo habitada, durante algunos años, por colonos genoveses, que más tarde se trasladaron a Tavolara.