El apelativo de Gigante rojo es debido a sus majestuosas proporciones y a los matices rojos de los líquenes que colorean sus muros de piedra basáltica. El complejo Nuraghe Arrubiu, en el territorio de Orroli, se extiende por cinco mil metros cuadrados y consta de una torre central (torreón) de 15 metros de altura – originalmente era el doble - rodeada por un poderoso bastión formado por cinco torres que, a su vez, está circundado por una muralla defensiva con siete torres unidas por los correspondientes lienzos. En el interior hay varios patios. En el sureste se alza otro antemural con cinco torres unidas por muros. En total, hay 21 torres. Dentro del torreón, del que queda el primero de los tres pisos, tras recorrer un estrecho pasadizo, se llega a una habitación central, donde hay un hogar y una vasija ritual. La cubierta en tholos (falsa cúpula) se conserva intacta, como en alguna de las torres menores.
En los patios se han sacado a la luz: bancos, cisternas, hogares, nichos, escaleras, accesos, pasillos y salas cubiertas. Alrededor, muchos restos de cabañas. A lo largo del lado oriental, hay una gran cabaña redonda: es la de las reuniones, con un largo asiento en todo el perímetro y un hogar en medio. El nuraga estuvo habitado entre el s. XIV y IX a. de C. con fases de abandono. Tras un derrumbe, estuvo deshabitado hasta el s. II a. de C., cuando los romanos lo transformaron en un obrador de producción de vino: testimonio de ello son dos tinas y herramientas para pisar la uva. La fecha y la importancia del sitio han sido confirmadas por numerosos hallazgos entre los cuales destacan cerámicas importadas del Peloponeso, que prueban que se mantuvieron contactos no esporádicos con la civilización micénica.
El área arqueológica de Orroli está en el centro del suave altiplano de Pran’ e muru, en una posición estratégica para controlar el territorio a lo largo del curso medio del río Flumendosa. Las gargantas por las cuales corría dicho río han quedado sumergidas por dos lagos artificiales. Un territorio marcado profundamente por el hombre desde la prehistoria, como confirma la extraordinaria concentración de vestigios hallados: desde el Neolítico hasta la Edad de Bronce y de Hierro, la época romana y la Edad Media. El Arrubiu era el baluarte principal. A su alrededor, gravitaban nuragas satélite, que dominaban puntos estratégicos y vías de acceso. Cerca del complejo se halla la tumba de Gigantes de la Espada. En el parque de su Motti, en un bosque de robles pubescentes, hay una necrópolis de 15 domus de Janas. En el pueblo, es posible visitar el Museo de la Casa del Nuraga Arrubiu, creado a partir de una antigua casa patronal, que presenta, en doce salas, los restos arqueológicos hallados en las excavaciones empezadas en 1981.