Capital indiscutible de la Costa Esmeralda, Porto Cervo es un barrio costero del municipio de Arzachena, en la región histórica de Gallura, con apenas algunos centenares de residentes. Pero, en verano, en su puerto atracan yates y veleros de lujo y por sus calles pasean personajes famosos, siendo fácil encontrarse con algún divo del cine o de la televisión haciendo compras en las elegantes tiendas de la plaza principal. Su vida social es de las más animadas de la isla, con fiestas, cenas, competiciones deportivas, especialmente de golf, y todo tipo de eventos.
El nombre de esta localidad deriva de la forma del puerto natural, alrededor del cual ha crecido el pueblo, que recuerda la cabeza de un ciervo. El viejo puerto se remonta a los años sesenta del s. XX, cuando el príncipe Karim Aga Khan IV, fascinado por la belleza de este tramo de costa, tuvo una intuición genial y decidió comprar las tierras de este rincón de la Gallura. Luego, junto al escenógrafo francés Jacques Couelle -que contó con la colaboración de algunos arquitectos italianos- construyó el pueblo, que muy pronto se convirtió en el paraíso del turismo internacional de lujo. En los años ochenta empezaron los trabajos para construir el nuevo puerto turístico que, actualmente, es uno de los más grandes y mejor equipado del Mediterráneo (700 amarres) y es la sede del prestigioso Yacht Club Costa Smeralda que organiza numerosas regatas internacionales. Paseando por los muelles, podrás admirar algunas de las espectaculares embarcaciones de la jet-set.
El centro de Poltu Celvu (en dialecto galurés) se encuentra elevado con respecto al puerto. Desde la plazuela de las Chiacchiere hasta el Sottopiazza se extiende un entramado de callejuelas donde es posible admirar las típicas casas de la Costa Esmeralda, con sus ventanas y balcones floridos, y curiosear en las tiendas y boutiques de las más prestigiosas marcas. Tampoco faltan excelentes restaurantes, hoteles de lujo y bares y discotecas de moda. No por nada Porto Cervo es famosa por su vida nocturna. Sus colinas están salpicadas de lujosas villas, que quedan escondidas en medio de la vegetación típicamente mediterránea. Cuando proyectaron el pueblo, el príncipe y sus colaboradores quisieron crear un estilo arquitectónico que fuese lo más parecido posible al estilo local y que, por consiguiente, se integrara perfectamente en el entorno. Sin duda alguna, esta fue la clave de su éxito. A propósito de arquitectura, vale la pena visitar la iglesia de Stella Maris, proyectada por el arquitecto Michele Busiri Vici, que domina el puerto de Porto Cervo.
No muy lejos del centro turístico, es posible disfrutar de playas espectaculares. En primer lugar, destaca la playa del Grande Pevero con su arena blanquísima y sus aguas turquesas, celestes y verdes, en las que sobresalen rocas de granito modeladas a lo largo de los años, todo ello rodeado de la típica maquia mediterránea. Cerca de la playa hay varios campos de golf por lo que este lugar atrae a muchos aficionados a este deporte. Separado por un promontorio, está la pequeña playa del Piccolo Pevero, cuya longitud es aproximadamente la mitad de la de su «hermana mayor». Frente a la playa se alzan las islas de Li Nibani, gaviotas en sardo. Dos kilómetros más al sur se encuentran dos maravillas: el Romazzino y la playa del Príncipe (en honor de Aga Khan). Más allá, se suceden varias pequeñas y encantadoras calas, entre las que cabe destacar la cala de Volpe y Liscia Ruja. Un poco más al sur se encuentra la famosa la cala Capriccioli, un paraíso con cuatro playas de arena fina y blanca, protegidas por rocas de granito amarillo, rosa y rojizo. En el dialecto galurés, capriccioli significa cabras, los animales que, hasta la llegada del turismo, se podían encontrar paciendo tranquilamente en estos terrenos áridos donde solo crece la maquia mediterránea. Las playas del lado oriental son ideales para las familias ya que sus aguas son poco profundas; en el lado occidental, hay dos playas, la del Pirata y la de las Tortugas. El panorama se completa con las islas de Soffi y de las Camere y la pequeña isla de Mortorio.