En Aritzo, una estrecha escalera conduce a un enorme edificio del siglo XVII que, hasta la década de 1940, fue una prisión de alta seguridad. En 1793, oficiales franceses capturados durante un intento de desembarco de Napoleón fueron encerrados aquí.
El edificio, construido con piedra de esquisto, barro y madera de castaño, presenta un pasadizo cubierto abovedado de origen español conocido como sa bovida (la bóveda). En su interior hay cuatro salas totalmente restauradas: en su día se utilizaron como puestos de vigilancia y celdas para hombres y mujeres.
Una de estas habitaciones no tiene ninguna abertura en las paredes, por lo que recientemente se abrió una puerta para permitir su uso. En el patio hay un antiguo reloj de sol.
La exposición se desarrolla en las distintas salas e incluye la exposición permanente Bruxas, dedicada a la magia y la brujería en Cerdeña entre los siglos XV y XVII. Una exhaustiva investigación histórica ha permitido centrar la exposición en objetos rituales, religiosos, mágicos y relacionados con la brujería que tienen un fuerte impacto emocional en los visitantes, introduciéndolos en el mundo de las creencias populares y las maldiciones más terribles.
Una parte de la exposición está dedicada a la Inquisición, e incluye una colección de instrumentos de tortura utilizados durante siglos contra miles de inocentes acusados de brujería y maleficios.
El evocador entorno de la antigua prisión española da vida a la dramática condición de los presos, en una época en la que vivían en absoluta privación de todos los derechos humanos. Realice una visita guiada para conocer las viejas historias y escuchar relatos de diablos y brujas en un crescendo de magia, encanto y misterio.