Es uno de los edificios de culto más característicos de Cerdeña, y probablemente uno de los más antiguos, y se levanta sobre los restos de estructuras que datan de la época nurágica. La iglesia de Santa Sabina, a dos kilómetros del pueblo de Silanus, domina un pintoresco paisaje rural, junto al nuraghe de una sola torre al que da nombre, y conserva en su interior testimonios de la ocupación milenaria de la zona arqueológica. El origen del santuario es paleocristiano o bizantino, y en el siglo XI fue reconstruido.
Recientemente, durante unas obras para comprobar el estado de los cimientos, salieron a la luz bloques de basalto de la parte superior de la torre nurágica, que se habían utilizado para pavimentar. A mayor profundidad, aparecieron restos de mampostería de cabañas de un poblado nurágico, así como numerosos artefactos de época romana que atestiguan la continuidad de uso del complejo. También se encontró un fragmento de la estela arqueada de una tumba de Gigantes.
Lo que sorprende a primera vista es la estructura de la pequeña iglesia: una rotonda central, con cúpula y ábside, flanqueada por dos ambientes rectangulares, también absidales, con tejados a dos aguas. Los bloques son de basalto y piedra caliza, creando un llamativo efecto bicolor. La entrada principal está precedida por un pórtico, coronado por un tímpano: aquí se observan dos bloques tallados en la superficie, utilizados como pilas de agua bendita. El interior tiene planta de trígono con una nave central cerrada por un ábside más grande que las otros dos y abovedada con cúpula, mientras que las naves laterales tienen bóveda de cañón. El encanto reside en las reducidas dimensiones, la frugalidad de la decoración y el juego de colores que da la diversidad de los bloques, dando la impresión de un lugar de culto íntimo y misterioso. Elegantemente dispuestas delante de la iglesia están las cumbessias, pequeños alojamientos de piedra utilizados para acoger y hacer pernoctar a los peregrinos durante la novena en honor de la santa. Se celebra un rito especial en Santa Sabina, sos izzadorsos, una vigilia en la que se alternan la oración y la fiesta.
A pocos metros de la iglesia se alza la torre nurágica, de casi 14 metros de diámetro y más de ocho de altura. Se puede subir por las escaleras hasta la cima, desde donde se puede admirar el panorama circundante del valle. Cerca también están los restos de dos tumbas de Gigantes, una realizada con la técnica del ortostato, de la que probablemente procede la estela arqueada que ha sido encontrada en el santuario; de la segunda, es difícil saber con certeza el tipo -quizá en hiladas- porque la mayoría de los bloques fueron retirados para construir la iglesia. La gente que habitaba el pueblo nurágico también tenía un lugar para venerar el agua, se encuentra a 300 metros al norte del nuraghe y es el pozo sagrado de Cherchizzu, uno de los más pequeños descubiertos hasta ahora en la Isla. Al descender por sus escalones, observarás el techo escalonado invertido del corredor, mientras que la celda subterránea, aún intacta, está cubierta de tholos.