Su extensión, 35.000 hectáreas, es tan vasta que abarca los territorios de cinco ciudades, Baunei, Dorgali, Oliena, Orgosolo y Urzulei, y parte del golfo de Orosei. El Supramonte es un complejo montañoso caracterizado por mesetas y dolinas. El paisaje presenta idénticos rasgos distintivos: enormes murallas que se alternan con profundos cañones y picos rocosos que se extienden hacia el cielo. Pero cada municipio tiene "su" Supramonte, con monumentos naturales originales e inimitables.
El pueblo nurágico de Tiscali embellece el territorio de Dorgali y Oliena. La cueva de Bue Marino es el símbolo indiscutible de Dorgali; la garganta de su Gorroppu separa en cambio los territorios de Orgosolo y Urzulei. En el Supramonte de Oliena, aguas arriba del valle de Lanaittu, no hay que perderse la cueva de Corbeddu, cuyo nombre deriva del bandolero que se refugió aquí en el siglo XX, es conocida por haber sacado a la luz los restos de un ciervo extinguido del Pleistoceno sardo, de los que se deduce la presencia humana en el macizo hace 18500 años. La cueva de Su Palu y la exuberante vegetación caracterizan Urzulei. Mientras que la dolina de su Suercone, una sima calcárea de 500 m de ancho y 200 m de profundidad, y el prístino bosque de sas Baddes, el único encinar primario extenso de Europa, son las peculiaridades del Supramonte de Orgosolo.
Siempre en Oliena, uno se queda boquiabierto ante el monte Corrasi, el pico más alto del complejo montañoso (1463 metros), caracterizado por un ambiente desnudo y rocoso, con simas, puntas y pináculos de formas peculiares, cubierto de 650 especies botánicas, la mayoría de ellas exclusivas de las calizas del centro de Cerdeña, algunas de las cuales sólo se encuentran en Corrasi. También alberga la Nurra de Sas Palumbas, una cueva famosa por su fauna.