Villanova Tulo es un pequeño pueblo del Sarcidano, en el centro de Cerdeña, a los pies de la colina de San Sebastiano, en una posición dominante con vistas al valle del río Flumendosa. Su nombre hace referencia al nuevo asentamiento de una antigua villa, llamada Tulo, probablemente como resultado de la voluntad política de repoblar una zona abandonada desde mediados del siglo XIV, cuando el territorio formaba parte del Reino Catalano-Aragonés de Cerdeña. Por supuesto, la zona había estado habitada mucho antes, como demuestran los enterramientos de la Edad de Bronce Temprana hallados en las cuevas de Is Janas y Frumosa, cerca del pueblo. El yacimiento del nuraghe Adoni pertenece a la última Edad del Bronce. Sin embargo, son el paisaje y el entorno natural los que hacen de Villanova Tulo un lugar tan especial, gracias al lago de Flumendosa y a la exuberante vegetación que lo rodea.
En el centro del pueblo se encuentra la iglesia parroquial de San Giuliano, reconstruida en 1663 en estilo gótico aragonés sobre un edificio anterior. A las afueras del pueblo se encuentra la pequeña iglesia rural de San Sebastiano. En el centro, que conserva sus características arquitectónicas rurales tradicionales, se pueden admirar obras contemporáneas inspiradas en los escritos de Benvenuto Lobina, nacido en Villanova Tulo en 1914, que hizo famoso al pueblo con su Po cantu Biddanoa, una novela en sardo de Nuoro ambientada en Villanova y que ofrece una descripción vívida y fiel de la vida del pueblo en la primera mitad del siglo pasado. En su honor, Pinuccio Sciola pintó murales y Piergiorgio Gometz esculpió una estatua de bronce. En Villanova, el Flumendosa se cruza por un bonito puentecillo en el punto donde el río desemboca en el lago. En el mismo punto, el río también es atravesado por la línea de ferrocarril Cagliari-Mandas-Arbatax, construida a finales del siglo XIX para dar servicio al sur y al centro de Cerdeña y que ahora se utiliza para el turismo. Esta línea de ferrocarril permite seguir un magnífico itinerario, rodeado de bosques salvajes y panoramas naturales únicos, entre suaves valles y lagos donde se refleja una exuberante vegetación. En el municipio de Villanova Tulo se extiende el espeso bosque de Pantaleo, con sus árboles centenarios y sus estanques naturales, que bien merecen una visita. El complejo de nuraghe Adoni, formado por una torre central, un bastión de cuatro lóbulos, una poderosa fortificación avanzada y una aldea, fue construido en la cima de una colina en el campo del pueblo, desde la que en días claros hay una vista panorámica sobre gran parte del sur de Cerdeña. En los muros del nuraghe se aprecian claramente escaleras, nichos y muros cortina. Bajo el derrumbe, se pueden ver habitaciones en el lado sur, imposibles de alcanzar debido al pedregal y a la presencia de árboles centenarios. Cerca de una de las torres angulares se encontraron unos cuarenta objetos de bronce, casi todos fragmentarios (punzones, hachas, puntas de jabalina, puntas de lanza, cuchillas, fragmentos de lingotes, etc.), probablemente un depósito de fundición oculto en la parte superior de los muros, caído después al suelo al derrumbarse la estructura. En el rellano de la escalera exterior adyacente a la torre este se descubrió un depósito de vasijas enteras y fragmentadas que documenta la reutilización del lugar durante la Antigüedad tardía (siglos VI-VII).