Entra en esta imagen y mira, con unos ojos nuevos, la isla cercana a casa: observarás sus playas desiertas, poco «frecuentadas», donde la mirada se pierde hacia la línea del mar, hacia horizontes lejanos y deshabitados, donde respirarás a pleno pulmón el aire empapado en yodo, que huele a sal y elicriso, el aroma de Cerdeña. Descubre estos paraísos de puntillas para no perturbar el equilibrio de lugares puros y primordiales. Sentirás cómo su extraordinaria energía natural viene a tu encuentro, una gran mano tendida que recarga mente y cuerpo para empezar a vivir plenamente, dejando atrás la oscuridad de los últimos meses.