Sigue el camino del sol de costa a costa, desde las encantadoras bahías de la costa oriental hasta las playas vírgenes de la Costa Verde en el Medio Campidano y de Sulcis-Iglesiente, pasando por el fascinante corazón verde de Barbagia. Al amanecer, cuando aún brillan las últimas estrellas, nadando o en canoa, encuéntrate con el sol saliendo por el horizonte de una de las interminables joyas de la costa oriental, desde Golfo Aranci hasta San Teodoro, desde golfo de Orosei hasta Sarrabus.
Cuando el sol está alto, se desplaza hacia el oeste para alcanzar la costa opuesta de la Isla. Al ponerse el sol, los granos de cuarzo de is Arutas y la suave arena blanca de San Giovanni di Sinis, el encantador Scivu y las inimitables dunas de Piscinas, junto con los monumentos de arqueología industrial que se asoman al mar en el parque geominero de Cerdeña, se convierten en fantásticos set para coloridas puestas de sol de ensueño, que en estos parajes parecen interminables.
El cielo se envuelve en armoniosas pinceladas de amarillo y dorado, y luego surgen tonos del rosa, al lila, hasta el violeta. Al final, antes del anochecer, se incendia de llamas naranjas y rojas. No hace falta viajar lejos de casa para ver espectáculos semejantes, podría parecer un cuadro de un paraíso lejano, en realidad son las tonalidades de Cerdeña al atardecer, colores que llegan directamente al corazón.
Al final de un día dominado por la luz del sol, estés donde estés, a lo largo de las costas o en los baluartes de las fortificaciones de ciudades, como Alghero y Cagliari, y pueblos costeros, como Bosa, Carloforte, Castelsardo y Stintino, quítate las gafas de sol y detente ante el espectáculo de las puestas de sol. Déjate tentar por el insólito encanto de las playas desiertas y silenciosas, el mar cálido y planchado y los reflejos del último sol sobre el agua: un paseo por la orilla y un baño al atardecer quedarán grabados para siempre.