Santa Giusta se encuentra a pocos kilómetros de Oristano y es fácilmente accesible desde la carretera nacional SS 131. La parroquia se sitúa en la población a la que ha dado el nombre. El contexto medioambiental Ubicada a las orillas del estanque del mismo nombre, Santa Giusta confluye con Oristano, en las vecindades del río Tirso y en las alturas del Monte Arci. Su territorio, ocupado desde la prehistoria, fue la sede de la antigua ciudad fenicio-púnica y, después, romana de Othoca, abandonada a lo largo de la Edad Media, cuando la población se concentró entorno al cerro ocupado por la catedral románica dedicada a las mártires Giusta, Giustina y Enedina. A poca distancia de esta última, se encuentra la iglesia medieval de Santa Severa. Descripción La iglesia de Santa Giusta es uno de los monumentos más significativos de la arquitectura románica y de todo el patrimonio artítstico sardo. La particular integridad de sus estructuras medievales le aportan una gran importancia incluso fuera del territorio insular. A pesar de la importancia de la iglesia y del papel de la antigua catedral de la homónima diócesis, suprimida a principios del siglo XVI, ningún documento conserva la memoria de la fecha de construcción que, de forma hipotética, puede situarse en la primera mitad del siglo XII. El edificio (28m x 14m y aproximadamente 21 m de alto) está formado por el aula y la cripta en la parte superior. El aula está dividida en tres naves de columnas de spolia, todas diferentes, del mismo modo que son diferentes los capiteles, casi todos marmóreos de la época romana, reutilizados, en ocasiones, con reelaboraciones. La cubierta de la nave centra es lineal, mientras que las naves tienen bóvedas de crucería. La cripta es la única del Románico sardo construida íntegramente con ladrillo. Presenta una planta rectangular con bóvedas de crucería que descargan en columnas. Como en el aula, las columnas son antiguas y los capiteles de spolia, reelaborados en el momento de la fabricación románica. En el exterior, los revestimientos de los muros de caliza cuidadosamente elaborado destacan por ser elementos originales respecto a otras fabricaciones románicas de la isla. En los laterales de la iglesia, los espejos cuentan con pilastras fuertemente resaltadas, unidas por amplios arcos. En la fachada, sólo hay dos pilastras que suben hasta unirse a través de un gran arco que incluye una trífora. En el ábside, las pilastras dejan el puesto a semicolumnas, cubiertas por capiteles sobre los que aparecen arcos. En el portal de la fachada, hay un león y una leonesa esculpidos, espalda con esplada que agarran ciervos. Las dos fieras se caracterizan por el sentido naturalista, hasta tal punto que se diferencian por su sexo. El campanario a la derecha del edificio es fruto de la reconstrucción, así como el resto de ambientes adosados al lateral S.