Desde Olbia, cerca del puerto marítimo, se sigue la Ruta provincial (SP) 125 en dirección a Santa Teresa Gallura. A unos 600 m de la localidad de Arzachena, el sitio arqueológico está señalizado con un cartel colocado en el aparcamiento correspondiente. Para llegar al nuraga, se debe llegar a pie al otro lado de la carretera a través del paso subterráneo.
Contexto ambiental
Albucciu se encuentra en el borde occidental de la llanura de Arzachena, entre los montes de San Pantaleo al sureste, los montes de Luogosanto al oeste y el macizo de Limbara al suroeste.
Descripción
La estructura, muy bien conservada, es de tipo mixto, ya que combina elementos del nuraga de corredor con los del nuraga a tholos. Consta de dos pisos, de los cuales solo se conserva el inferior.
El edificio se inclina, hacia el oeste, sobre un afloramiento de roca granítica, lo cual ha condicionado su desarrollo en planta. Las paredes están hechas de bloques de granito sin trabajar dispuestos en hileras irregulares.
Presenta una planta subrectangular (23,50 m x 15,50 m) con eje mayor norte/sur. Conserva en su frente, al este, ocho ménsulas que sobresalen sobre el borde de la pared, pero originalmente eran más numerosas y coronaban el edificio sostenidas por un balaustre de madera.
En el centro del frente se encuentra la entrada - arquitrabada y sobreelevada sobre el nivel del suelo - que conduce a un corto ándito trapezoidal cubierto de lastras adinteladas que aumentan de altitud hacia el fondo.
Las paredes del ándito presentan, detrás de la entrada, dos nichos destinados a alojar un tronco que fija la puerta, la cual se cerraba al suelo por medio de una ranura paralela al umbral. Un conducto, entre las lastras del techo y las paredes hasta la terraza, permitía levantar la puerta a través de una cuerda.
En el fondo del ándito se abren las entradas a dos ambientes: a la derecha, una cámara y, a la izquierda, un corredor. Aquí, el techo del ándito da paso a una ojiva baja para volver a subir en correspondencia con la entrada de la escalera colocada en el mismo eje de la entrada del nuraga.
La cámara, elíptica y con un techo voladizo interrumpido por un lastrón, presenta frente a la entrada un nicho situado sobre el afloramiento rocoso que conduce, a través de un corredor bajo, al exterior del nuraga.
El corredor - estrecho, adintelado y pavimentado - se desarrolla con un curso curvilíneo, probablemente condicionado por la pared rocosa sobre la cual se apoya.
La escalera del fondo, con dos rampas intercaladas por un descansillo, conduce a la terraza. La primera rampa está cubierta de pequeñas lastras en disposición gradual ascendente, mientras que la segunda era probablemente a cielo abierto.
Una segunda cámara con puerta de acceso - accesible desde la terraza a través de una escalera de madera situada en un pequeño patio - constituye el ambiente más amplio de todo el edificio. La habitación, subcircular con paredes voladizas dispuestas sobre el afloramiento, cuenta con un pequeño cuarto de almacén y una abertura arquitrabada que probablemente servía para la iluminación. Asimismo, se puede ver una banca construida en función del fogón.
Originalmente, las paredes de la habitación debieron elevarse significativamente sobre el nivel de la terraza, rodeando así una habitación subdividida en dos pisos por un altillo de madera conectado a una escalera de madera.
La terraza se extiende por todo el edificio y presenta una amplia zona pavimentada con un adoquinado sobre el cual se abren las habitaciones. En el centro se ha reservado un área subcircular rodeada por una hilera de piedras.
Al oeste se levanta una torre cuya cámara sirve como pasillo para dos escaleras de curso opuesto: la primera descendente hacia el centro del edificio, la segunda empinada y ascendente hacia un pequeño ambiente parcialmente derrumbado.
Al norte de la terraza, un cuerpo rectangular contiene una pequeña cámara elíptica originalmente cubierta, cuya entrada se abre a un ambiente circular que se comunica con la terraza.
Los materiales recuperados, incluyendo fragmentos de lingotes "piel de buey", tortas de fundición y espadas votivas, documentan el uso del nuraga durante el Bronce Tardío (1300-900 a.C.), pero se estima que la construcción data de una época anterior. Tras ser abandonada temporalmente, se volvió a ocupar en el siglo VIII-VII a.C. para fines sagrados. En la zona circundante del nuraga se encontraron vestigios de chozas.