Antaño sede episcopal, simbolizada por la antigua catedral, hoy es el pueblo de Boes y Merdules, máscaras de madera con formas monstruosas, protagonistas de uno de los carnavales más famosos de la Isla. Ottana es un centro originariamente pastoril, convertido en centro petroquímico y de la industria textil a finales del siglo XX, y en la actualidad dedicado principalmente a las actividades agrícolas, la artesanía agroalimentaria y de la madera. Poblada por 2.300 habitantes, surge cerca de las colinas de la Barbagia di Ollolai, en una amplia llanura en el valle del río Tirso, que un poco más al sur forma el lago Omodeo. Ottana tiene tradiciones muy arraigadas que han resistido el paso del tiempo, también su Carrasegare. Las máscaras Ottanesi rememoran rituales agro-pastorales arcaicos.
Los fuegos de San Antonio Abad son la "primera salida" de Merdules (cazadores) y Boes (animales que hay que capturar), a mediados de enero. Muy sentidos son los ritos de Semana Santa que culminan con s'Iscravamentu, una apasionante ceremonia acompañada por el coro de sos tenores. A mediados de agosto se celebra Nuestra Señora de la Asunción a los Cielos. Los sabores también están ligados a los orígenes. Entre los panes, destaca el de fresa; entre las especialidades, sos cogones, panzarotti rellenos cocidos al horno; entre los postres, s'angule, el símbolo de Ottana, preparado originalmente como ex voto. Lo degustarás durante el Otoño en Barbagia y, a finales de mayo, en las celebraciones de santu Nigola. Uno de los principales monumentos sagrados de Barbagia, la iglesia de San Nicola, está dedicada al santo patrón. La austera y fascinante arquitectura románica, catedral de 1112 a 1503, domina el centro histórico con su imponente alternancia bicromática de basalto negro-púrpura y traquita rosa. El interior, alto y "severo", alberga la Pala de Ottana, un políptico del siglo XIV del Maestro del temple franciscano. Al lado se encuentra la iglesia de Santa María, del siglo XV.
La ciudad tiene raíces de orígenes muy antiguos, que se remontan al Neolítico reciente, como lo demuestra la necrópolis de domus de Janas de sas Concas y de Sorgosío, murallas y estructuras megalíticas, y de la Edad de los Metales: una docena de nuraghi de corredor, algunos tholos, unas 15 torres individuales y unos pocos complejos, varios poblados de cabañas, decenas de tumbas de Gigantes y el pozo sagrado de Zuncos. La zona arqueológica de Bidinnannari es el sitio principal, compuesto por un nuraghe "mixto" -se han añadido dos torres a una de corredor-, un asentamiento habitado de 400 metros cuadrados y edificios funerarios: un pequeño dolmen, cuatro tumbas de Gigantes (una de ellas bien conservada) y una tumba allée couverte. También es interesante el complejo de Talinos, con nuraghe de una sola torre en tholos, y cabañas circulares. También se conservan las ruinas de las termas de Banzos, de época romana, cuando Ottana era un centro muy poblado y un control estratégico-militar para contrarrestar a los bárbaros.