Alghero se encuentra a unos 37 km de Sassari, a lo largo de la Ruta Estatal (SS) 127 bis. El conjunto conventual de San Francisco se encuentra en el corazón del centro histórico, a lo largo de la Via Carlo Alberto que va del puerto a la Piazza Sulis.
Contexto ambiental
Alghero está en una franja de tierra frente al mar, a lo largo de la llamada "Riviera del Corallo". El interior es rico en lugares arqueológicos que se remontan a la época prehistórica. La ciudad conserva una fuerte identidad lingüística y cultural catalana y un centro histórico igualmente significativo, de fisionomía del siglo XV, en el que se inserta el relevante complejo monumental de San Francisco.
Descripción
No existen fuentes documentales que acrediten la estructura del complejo de San Francisco, que es uno de los monumentos más fascinantes y significativos de arquitectura tardogótica y renacentista en Cerdeña.
Los estudiosos ubican su fábrica entre 1480 y 1598. En 1488, el pintor tolosano Joan Barceló preparó el dorado de las tablas del retablo que se colocaría en el altar mayor de la iglesia, lo cual sugiere que al menos esta última ya había sido construida. Gracias al historiador del siglo XVII Francisco de Vico, se sabe que se produjo un derrumbe en 1593, que afectó el cuerpo central de la iglesia y varias capillas. Todo fue reconstruido hacia 1598.
Actualmente, el complejo de San Francisco constituye el resultado de estas dos fases de construcción. La parte más antigua es el claustro, de finalees del siglo XV, de planta rectangular con arcos de medio punto sobre pilares cilíndricos y octogonales coronados por capiteles ligeramente decorados. Al mismo período se remonta el campanario, que parte de una base cuadrada para proseguir con corte octogonal en los pisos superiores, que terminan con un chapitel.
Hoy en día, la iglesia presenta tres naves, articuladas por arcos de medio punto sobre pilares, con capillas laterales y ábside poligonal. La nave central tiene bóveda de cañón, mientras que las naves laterales tienen bóvedas de crucería. De la fábrica tardogótica, de una sola nave, se conserva el presbiterio pentagonal con bóveda estrellada (de la misma altura que la nave central), al que se accede a través de un arco de triunfo constituido por una arcada sobre polistilos, así como las capillas cercanas al coro (tres a la derecha, dos a la izquierda) y las cercanas a la fachada (una a la derecha y una a la izquierda). La segunda capilla de la izquierda, cerca del presbiterio, presenta bóveda estrellada. Cabe destacar algunos de los capiteles en los arcos de entrada de las propias capillas, con elaboradas representaciones antropomorfas y fitomorfas típicas de los motivos decorativos de estilo gótico-catalán.
La parte central de la iglesia fue reconstruida en el siglo XVI, cuando se añadieron las naves laterales y se adaptaron las arcadas a la amplitud de las capillas anteriores. La fachada, no perpendicular al aula, presenta un portal arquitrabado del siglo XVI, decorado con el emblema franciscano rodeado por una serie de motivos ornamentales, por encima del cual se abre un rosetón de doce rayos conectados por pequeños arcos apuntados.