El pueblo de Burgos se caracteriza por sus calles estrechas y empinadas, sus casas de ladrillo con tejados a dos aguas y las calles de estilo medieval de su casco antiguo, que conducen a la roca donde se alza el Castillo de Burgos. El museo está situado en el corazón del pueblo, en un palacete de finales del siglo XIX que perteneció a la familia de terratenientes Massaiu. Este edificio, recientemente restaurado, consta de tres plantas.
La visita se organiza en torno a tres temas en tres espacios diferentes: el primero alberga exposiciones temporales sobre los castillos, el segundo, mapas temáticos que muestran las torres costeras de la época de la dominación española y los puntos estratégicos de defensa de la isla (especialmente vulnerable por su posición geográfica en la encrucijada de las rutas comerciales y militares del Mediterráneo), y el tercero trata de la reconstrucción de la vida rural. En esta última, el visitante realiza un viaje a través de los recuerdos, con una exposición de herramientas de trabajo y aperos de diversas formas y tamaños, que ilustran el duro trabajo que tenían que realizar estos hombres. En otra parte del museo, hay una exposición de fotografías, tanto antiguas como más recientes, sobre el tema de los castillos. Por último, la visita termina en una sala multimedia donde se puede conocer la historia de un centenar de castillos de Cerdeña.